Ya sea horneado, salteado o incluso al microondas, el sabor sutil y terroso del calabacín se adapta fácilmente a cualquier menú keto. También es baja en carbohidratos y calorías. Una porción de 100 g contiene 17 calorías y solo 2.1 g de carbohidratos netos, lo que hace que el calabacín sea un alimento decididamente keto.
El calabacín es un excelente sustituto de los alimentos ricos en carbohidratos que amas. ¿Antojo de una papa al horno cargada? Rebane un calabacín por la mitad y apártelo con queso, tocino y crema agria. ¿Te falta pasta? ¡Espiraliza el calabacín en fideos de espagueti! Decorar con pesto y queso; no notarás la diferencia.
Además de keto amigable, el calabacín es rico en vitaminas. Una porción de 100 g de calabacín contiene casi el 30% de sus necesidades diarias de vitamina A, lo que respalda la salud ocular. El calabacín también contiene cantidades significativas de vitamina C, que puede proteger contra enfermedades cardiovasculares, y vitamina B6, que beneficia al sistema nervioso central.
Dato curioso: sin un agricultor allí para cosecharlo, el calabacín promedio crecerá al tamaño de un bate de béisbol. Sin embargo, no querrás comerlo. Los calabacines grandes son resistentes y fibrosos.
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